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Paola Jinneth Silva Montañas de Mocoa.JPG

Conectada con el territorio

Por: Nathaly Jiménez


Llegué a Mocoa en el 2018 respondiendo a un llamado de algunas comunidades luego de la avalancha que sufrió Mocoa. En ese tiempo yo trabajaba como investigadora en la Universidad del Rosario en Bogotá y logramos gestionar varios recursos para ayudarle especialmente a la Ecoaldea Anaconda del Sur en el acompañamiento y apoyo a algunas víctimas de la avalancha en ese momento y, luego, al ser invitados por la ecoaldea llegamos a Mocoa con mi familia a reconocer el territorio, a conocer a las personas que la habitan. En esa exploración comenzamos a crear vínculos de confianza, de solidaridad y sobre todo de posibilidades de reconstruir muchos de los procesos que se querían fortalecer o crear por parte de organizaciones de base o de procesos campesinos e indígenas.


Hago parte de la Red Nacional de agricultura familiar - RENAF, en ese momento representando a la universidad comienzo a apoyar la posibilidad de crear el nodo Putumayo, la representación del Putumayo en esa red. Poco a poco empezamos a juntarnos varios procesos para comenzar con una iniciativa que se llama Feria Etnocampesina de productos sanos. Esta feria es una apuesta colectiva y autogestionada que pone en valor esa producción campesina, indígena y familiar y la transformación de algunos productos nativos en el marco de un escenario de economía popular, solidaria y autónoma.


Desde enero del 2019 logramos lanzar la Feria Etnocampesina, que mes a mes hasta la fecha, sigue apostándole a esa posibilidad de generar una reconversión económica digna y soberana que le permita a las personas del territorio disfrutar de productos sanos, de conocer y cuidar las semillas nativas, los frutos amazónicos y entrar en una relación directa entre productores y consumidores. Este tipo de iniciativas hace parte de lo que hace la Red Nacional de agricultura familiar en todo el país y logramos constituir, -el nodo Mocoa en su momento, hoy en día el Nodo Putumayo- porque la iniciativa fue inspiradora para que, por ejemplo en el alto Putumayo, en Colón específicamente, se creara la feria del buen vivir, que hace parte de nuestro circuito de economías propias y solidarias en el país también y, de igual forma, progresivamente algunos procesos en el bajo Putumayo.


Feria Etnocampesina. Fotografía del archivo personal de Nathaly Jiménez


Lo anterior ha permitido que desde mi experiencia personal me haya sentido muy acogida por las personas del territorio, optimista también, por la capacidad comunitaria que tienen los procesos en este territorio y por toda esa sabiduría en las prácticas de cuidado de la tierra, de producción de alimentos sanos y de generar espacios solidarios, fraternos donde también creamos, esto que algunos llaman afectividad ambiental.


Cuando uno ya habita aquí constantemente, entonces, paralelamente a ese proceso de activación económica,  decido dejar ese vínculo laboral con la ciudad en Bogotá y también dedicar toda mi energía al territorio en Mocoa y a todo lo que hay por hacer.

Desde la primera vez que llegamos con mi familia tuvimos la certeza compartida de que este territorio nos abrazaba, nos recibía generosamente y de que había tribu, es decir había realmente personas conectadas con el territorio, con su cuidado, con las que podíamos también seguir tejiendo en ese propósito compartido. Y entonces creamos con varias personas que están en el territorio y con algunas otras que tienen vínculos muy profundos con el Putumayo también, pero que habitan en otras ciudades del país,  la Asociación Amazona en el año 2023,  con el fin de aunar esfuerzos, talentos y saberes que contribuyan al cuidado y protección de la andinoamazonía, motivación que compartimos con muchas otras personas, colectivos, procesos y organizaciones, que existen en el territorio y qué hacen que de forma colaborativa logremos generar transformaciones, incidir en espacios políticos, crear alternativas a la situación que sigue siendo precaria para muchas personas todavía en el territorio a nivel económico, a nivel de la sostenibilidad ambiental, de la soberanía alimentaria y medicinal y después, lograr coexistir de una forma armoniosa con la naturaleza. 


Archivo fotográfico personal de Nathaly Jiménez


Así que la intención nace es de ponerse al servicio con lo que uno es, con lo que uno hace en donde está y pues el universo se encarga de ponerlo a uno donde debe estar. Aparte de esos acompañamientos y trabajos colaborativos, también, junto con otras dos compañeras del territorio, creamos un espacio de bienestar que se llama Asana y que desde ese misma motivación la idea es proporcionar prácticas que contribuyan a mejorar la salud mental, física y armonizar la energía desde la cotidianidad a pesar de las adversidades que hay en la vida de las personas que habitan en el  territorio y entonces  se hace parte de esa idea de cultivar el autocuidado y el cuidado mutuo que complementa de alguna manera toda la riqueza de la diversidad biocultural que tiene este territorio con otros saberes y prácticas que ayudan a que la gente esté bien y pueda tomar mejores decisiones porque está nutriendo  su día a día con buenas prácticas, con hábitos saludables de consumo, con formas de hacerse bien y hacerle bien a los demás.

 

Todas estas apuestas que he venido gestando con muchos otros seres en el territorio hace que sienta que aporto un granito de arena a todas esas formas de ayudar a que las cosas mejoren ahí donde uno está, respondiendo a esos llamados que aparecen, tratando siempre de leer el territorio, de observar las necesidades, de tratar de adaptar eso que uno sabe o uno conoce para realmente responder o resolver necesidades de las personas o de la misma naturaleza.

Y aquí estamos con la familia, con los amigos y las amigas compartiendo momentos, sonrisas, abrazos, prácticas, discusiones, proyectos e iniciativas como moviéndonos mucho porque hay esa voluntad, ese fueguito que siempre está prendido, está atento a cómo ayudar, a cómo transformar ciertas realidades desde ese querer cuidar la vida en todas sus formas.

 

También me dedico a sembrar bosque comestible, a mí me encanta reparar suelos con un sistema de descontaminación ecológica que se llama Paca digestora Silva, a quien traje al Putumayo  y que permite contribuir a darle  solución al problema de gestión y manejo de residuos orgánicos  en el territorio que es otro de los retos que tenemos, de poder procesar los desechos de una manera sana y que contribuya precisamente a ese ambiente sano al que todos tenemos derechos, pero también el deber de involucrarnos e implicarnos en su mantenimiento. Y desde la asociación somos facilitadores de la implementación de ese sistema, trabajamos mucho con la infancia a través de pedagogía ambiental tratando de generar esa sensibilidad alrededor del cuidado de la vida, de sus relaciones como niños y niñas del territorio. He tejido relaciones directas con algunos colegios y escuelas donde logramos transmitir desde la práctica esas herramientas que ayudan a  cuidar la salud humana, animal y ambiental del departamento.

 

Todo lo anterior me trajo aquí, me mantiene aquí. Estamos viviendo en la Ecoaldea Anaconda del sur desde que decimos venir a vivir ya plenamente en el 2020 y esperamos como familia y como grupo de amigos y de amigas, seguir siendo parte de esa transformación que necesitamos todos para poder comenzar a pensar como la naturaleza.

Sobre la autora:


En la actualidad, Nathaly es representante Legal de la Asociación Amazona con sede en Mocoa-Putumayo. Desde allí, se promueven escenarios y proyectos en educación ambiental, salud integral, reconversión económica, conservación y defensa del territorio andinoamazónico. Así mismo, Nathaly dinamiza el Enlace Ambiental del Comité Nacional de la Red Nacional de Agricultura Familiar - RENAF.

Ha asesorado el área de sostenibilidad económica de la Agencia para la Reincorporación y Normalización ARN en Putumayo.

Durante 10 años fue Profesora de carrera e investigadora de la Universidad del Rosario, creadora del Proyecto Prácticas de bienestar como transformadoras sociales y el semillero de investigación Acción Política del Bienestar, inscrito en la Línea de Investigación “Política y dinámicas socio-ambientales” del Centro de Estudios Políticos e Internacionales CEPI.

Desde el 2017 hasta el 2023 dirigió la coordinación científica de la Cátedra Unesco en Desarrollo Sostenible en la que hacen parte la Red Nacional de Agricultura Familiar (Renaf), Universidades y Ong's., fortaleciendo las redes y el acercamiento con la sociedad civil para incidir políticamente en los temas de Agroecologia,  economías solidarias, consumo consciente y desarrollo integral sostenible.


Ha acompañado como consultora en ODS a la producción Consensos Mínimos de Canal Capital y como asesora en incidencia política en el proyecto de cooperación internacional Tejiendo caminos de paz con la Corporación Casa Amazonía en el Putumayo 2021, y en la formulación de la Ordenanza 848 para la política pública de la agricultura familiar, campesina, pluriétnica y comunitaria andinoamazónica en 2022.


En 2024 representó como gestora cultural, al colectivo de productos sanos de Mocoa con quienes ganaron el Premio Estímulos del Ministerio de Culturas, las artes y los saberes.

Paralelamente en Colombia desde su regreso en el 2014 se ha dedicado a transmitir prácticas de bienestar (como el Yoga terapéutico y la meditación) con el fin de crear espacios para compartir lo que somos aprendiendo del otro y de nuestra interacción.


 

Información Asociación Amazona




 

 

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