Por: Laura Inés Badillo Ramírez
Historiadora

La repetida historia de lo ocurrido en la fábrica de Nueva York donde murieron incineradas un número significativo de mujeres, y que dio lugar, como acontecimiento fundacional a la conmemoración y celebración del 8 de marzo, “Día Internacional de la Mujeres”, actualmente se encuentra en cuestión. Los estudios historiográficos 1 muestran como este acontecimiento tan difundido, (incluso por las feministas) se enmarca en un proceso de más largo alcance propiciado por grupos y movimientos de mujeres trabajadoras y sufragistas a principios del siglo XX.
Aunque en general, se cree que el 8 de marzo tuvo su origen en un incendio que en 1908 provocó el dueño de la fábrica neoyorkina Cotton; la historiografía feminista 2, ha demostrado que un hecho de tal magnitud sucedió en otra fabrica llamada "Triangle Shirtwaist Company” en 1911, y no en la fábrica “Cotton” como solía pensarse. Además, para esa época en algunos países de Europa y en Estados Unidos ya se realizaba la celebración de la mujer, lo que desvirtuaría el mito fundacional.
El origen de esta fecha por el contrario es más variado y ligado a los espacios de encuentro que conscientemente han creado las mujeres para la toma de decisiones y para perfilar su accionar político. Es entonces, en la II Conferencia Internacional de Mujeres Socialistas, realizada en Copenhague los días 26 y 27 de agosto de 1910, cuando se propuso crear una festividad para las mujeres siendo presentada por Clara Zetkin (1857-1933), líder del Movimiento Alemán de Mujeres Socialistas, quién se inspiró en el Woman's Day (día de la mujer) que celebraba el Partido Socialista Americano para vindicar el derecho de las mujeres al sufragio, el último día del mes de febrero, es decir todos los 28 de febrero desde el año 1909.
Sin embargo, la fecha no parece aún aclararse y más bien su aterrizaje en el calendario al 8 de marzo se hace difusa. La primera celebración del Día Internacional de la Mujer Trabajadora se produjo el 19 de marzo de 1911 en algunos países de Europa; cuando se conmemoró en este mismo año, más de un millón de mujeres participaron públicamente en él. En los actos conmemorativos las mujeres propugnaban por el derecho al voto, a ocupar cargos públicos, el derecho a trabajar, a la enseñanza vocacional y el fin de la discriminación en el trabajo.
Diseño Angélica Lizzet Badillo
Es bastante después y con la propuesta de las alemanas, que el Día Internacional de la Mujer se celebró por primera vez el 8 de marzo en Alemania, Suecia y Rusia, fecha elegida para recordar que en el año de 1917 las mujeres rusas se amotinaron ante la falta de alimentos, las cuales participaron en el proceso revolucionario que acabaría en el mes de octubre de ese mismo año. Dichos sucesos, hicieron que el Día Internacional de la Mujer se trasladara sin más cambios hasta la actualidad, al 8 de marzo.
Posteriormente, fue declarado 1975 por Naciones Unidas como el año Internacional de la mujer, pero fue quizás en este periodo, en el que el curso de la historia del 8 de marzo tomó otro rumbo, al brindar una versión diferente a la reseñada anteriormente. Según Ana Isabel Álvarez, “es muy interesante resaltar que en ese breve informe se silencian de manera absoluta los sucesos vividos en Rusia en 1917 que precisamente fueron los que harían del 8 de marzo el día elegido para celebrar el Día Internacional de la Mujer” 3
La versión brindada podría haber difundido el relato ocurrido en la fábrica Cotton, la cual enmarcaba el origen del 8 de marzo en un hecho aislado, y no a los procesos organizativos de las mujeres que se fueron gestando a finales del siglo XIX y que se consolidaron definitivamente en el siglo XX.
Sin embargo, durante muchas décadas este acontecimiento trágico dio vida a un mito fundacional, el cual ha vertido sus efectos en los imaginarios y en las representaciones de posteriores generaciones e invisibilizo el trabajo de vindicación y reivindicación de los derechos de la mujer realizado por las mujeres sufragistas y socialistas.
Cabe pensar el motivo por el cuál se erigió este mito y las funciones sociales que vendría a cumplir en la sociedad occidental e indagar por los motivos y las razones que generó esta versión trágica de la fábrica Cotton y los dispositivos simbólicos que se desplegaron. Asimismo, preguntarnos porqué después de varias décadas este mito siguió vigente sin ser desvirtuado o controvertido por los grupos y movimientos que fueron invisibilizados.
Atreverse a brindar una explicación de este, nos llevaría a especulaciones que pueden ligar un contexto histórico de más larga duración y que llevaría a realizar un trabajo exhaustivo de fuentes orales y escritas que nos acercarían y darían lugar al acontecer de mujeres organizadas y a las sociedades que las acompañaban.
La versión que nos ofrece Ana Isabel Alvarez González, hace parte de las investigaciones que preocupan a académicos y académicas por situar el devenir de diversas y numerosas mujeres en diferentes contextos y sociedades para darles un lugar en la historiografía del mundo, regional y local; pero además el esfuerzo por describir un sistema patriarcal hegemónico. En definitiva, un reto por zurcir una historiografía donde las mujeres también
cuentan.
Bibliografía:
1 ÁLVAREZ GONZÁLEZ, Ana Isabel: Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945.
KRK, Oviedo, 1999.
2 Ver: ÁLVAREZ GONZÁLEZ, Ana Isabel. Los orígenes y la celebración del Día Internacional de la Mujer, 1910-1945.
Clarificación del mito del 8 de marzo. Disponible en: http://www.pangea.org/dona
3 Ibid.
Sobre la autora:
Laura Inés Badillo. Mujer diversa, interesada en las ideas que construyan ciudadanía y paz. Santandereana de nacimiento e hija adoptiva de Putumayo.
Historiadora, Magister en Políticas Públicas y Género. Profesora invitada de la Universidad Industrial de Santander y Cartagena.
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